Lentamente voy atravesando el
dolor como si fueran vidrios rotos clavándose en mi cuerpo.
Se clavan en mis piernas
cansadas de dar los mismos pasos e impidiendo que caiga rindiéndome de
rodillas.
Se clavan en mi estómago
produciendo nauseas cada vez que pierdo el apetito.
Se clavan en mi pecho tan
profundo, demasiado cerca de mi corazón y
aumentan sus latidos del horror.
Se clavan en mi cuello a punto
de tocar mis cuerdas vocales. Pero todavía puedo gritar para que me escuches y
vengas a rescatarme.
Se clavan en mi boca esperando
que tu boca pueda curar sus heridas tan abiertas.
Se clavan en mis ojos impidiéndome
ver que estamos cerca.
Se clavan en mis oídos, no
dejan que oiga tus pasos.
Estoy esperando que vengas, me
quites los cristales y cierres estas heridas que no dejan de doler.
Pero ni si quiera estás
enterado de todo esto. ¿Cómo vas a salvarme?
Tendré que moverme con las
pocas fuerzas que quedan y caminar hacia vos llena de cristales clavados hasta
en la conciencia. Quizás así me veas frente a tus ojos, te enamores de mis
heridas y me salves.
Ese texto lo escribí, aproximadamente en el 2010.
La frase del título es de Suicide Room.
Atte: Femmy
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