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jueves, 21 de noviembre de 2013

Sonreír y sonreír por vos.



Qué satisfactorias son las sonrisas que aparecen de repente como por arte de magia en un sábado cualquiera a la madrugada.
 La gente que rodea la manzana de mi barrio duerme, los gatos maúllan en mi ventana, los perros ladran a las sombras, el viento se queja, la batería de mi computadora disminuye, los temas del reproductor de música van cambiando sin casi darme cuenta, pasan los minutos… y mientras el mundo va girando muy despacio, yo sonrío.
Hablo de esas sonrisas que surgen inesperadamente.  Y no preguntes por qué. Porque ni siquiera yo lo sé. Sonreír de esa manera, en mi vida es un gozo. Recordar viejas cosas y sonreír. No tiene precio. Es algo inenarrable, como  tocar el cielo muchas veces sin caerse.
Y más si la sonrisa tiene por motivo a la segunda persona del singular.

Tengo varios textos escritos y ya que me hice el blog pensé en publicarlos todos. Total, no pierdo nada :)

Atte: Femmy

1 comentario:

  1. Recordar y sonreir... incluso ver a una persona sonriendo por la calle sin motivo aparente te hace sacar una sonrisa... ¿De qué se estará acordando? he pensado a veces... y he sonreido al pensarlo.
    Me gustó tu post.
    Te visitaré.

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